Nadie podrá matar aquel tiempo, nadie nunca podrá: ni siquiera nosotros.
Digo: mientras estés, donde estés, o mientras esté yo.
Dice el almanaque que aquel tiempo, aquel tiempito, ya no es; pero esta noche mi cuerpo desnudo te está transpirando.
Dice el almanaque que aquel tiempo, aquel tiempito, ya no es; pero esta noche mi cuerpo desnudo te está transpirando.
Eduardo Galeano.
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